En el Búho Bizco todo estaba dispuesto para recibir la noche
de Halloween. Todo menos yo. Y menos Margarita Ricchi. Charlábamos ambos en un
rincón del local, ella me contaba lo poco que le gusta esta fiesta, y yo, para
aliviarle el disgusto, le propuse salir a cenar a algún lugar sin disfraces.
Para mi sorpresa, y después de un silencio protocolario, me dijo que le diera
tiempo para retocarse y se levantó con un “tú espera aquí”. Ella salió, yo di
instrucciones para la noche de muertos y vivos y esperé.
Zapatos de tacón de aguja, cloc-cloc, aporreando el parqué,
falta negra de tubo y blusa de seda con generosa abertura delantera, melena al
viento, carnosos labios rojos y ojos de gata. Don Ángel, el cura, apartó la
vista de Margarita Ricchi y apuró de un trago la copita de anís del Mono.
Clic-clic, de la gramola del Búho salió la voz de Joe Cocker interpretando You can leave your hat on mientras Margarita
Ricchi, con ligero movimiento de caderas y pisada firme caminaba hasta mi mesa sin apartar su mirada
de mis ojos: “Cuando quieras, yo estoy lista”. ¡Y por todos los santos del
Halloween que lo estaba! Le ofrecí mi brazo y le susurré que cenaríamos en el “Melasmetiohastaelfondo”,
restaurante de un amigo que ha hecho fortuna gracias a su merecida fama de caro
nivel ‘asaltacaminos’. La comida no está mal si no cometes la vulgaridad de
aplicar el criterio calidad-precio, en cuyo caso lo más sabroso de la noche
será comprobar si la VISA le mantiene el pulso a la factura. ¡Pero qué coño!,
me dije, un día es una día, y quién sabe si también una noche. Hice una par de
llamadas: a mi amigo para reservar mesa, “sin compasión”, le dije. Y otra
llamada a Visa, “que si podrían ustedes fraccionarme el cobro de la tarjeta…”
Te cuento todo esto, querida Lola, para que entiendas lo bajas
que estaban mis defensas. Si a la escena le añades una botella de Pingus y un
par de Macallan comprenderás que creyera a pies juntillas las palabras de la
Ricchi: “Sí, Jota, créete lo de los mayas y su fin del mundo para el veintiuno de diciembre. Lo sé de buena
tinta” Entenderás entonces, Lola, que allí mismo, en el
“Melasmetiohastaelfonfo”, y como si de un aquelarre se tratara, quemara los
décimos de la lotería de Navidad, un recibo de pago de actividades diversas que
ahora me reclama Hacienda y que hasta abandonara mi blog. Me lo creí, creí que
era la última cena con la Ricchi, creí que era el final de los recortes de
Mariano y el de los aburridos delirios de Mas. Estaba convencido de que no
tenía que preocuparme del recibo de la luz ni de tu nómina, Lola. Me despreocupé
de los regalos de navidad y de comenzar a leer nuevos libros. Hasta tal punto
estaba obnubilado que llamé a mi ‘ex’ para asumir toda la culpa y que muriera
en paz. Borré los contactos de mi agenda y llevé a Caritas los vales de
consumición gratuita que tenía previstos para todo el año que viene. Incluso
intenté confesarme con D. Angel, pero olvide mis pecados…y todo para nada. Aquí
estamos, Lola, sin morirnos ni un poquito.
-Jota, de verdad, hay meses que estás gilipollas.
¡Hola Javir! No te mortifiques.En una situación como esa, con una Margarita resplandeciente, cualquiera pierde el norte.
ResponderEliminarUn abrazo y ¡FELICES FIESTAS! amigo.
Gracias, CRD. Un fin del mundo de la mano de la Ricchi no debe de ser, digo yo, un principio de otro mundo.
EliminarUn abrazo
Otra cosa para agradecer que no se cumpliera tan fatal profecía es el verte de nuevo por aquí.
ResponderEliminarUn abrazo y felices fiestas
¿Estás seguro...? Gracias, Jose. Un fuerte abrazo
Eliminar¡¡Feliz Naviad!!
ResponderEliminarY sí, aquí estamos, sin morirnos un poquito. Seguramente porque así debe ser. Con nuestros altibajos. No dejes el blog ni la taberna del buho bizco ;)
Un abrazo.
Gracias, Candela. No morir ni un poquito tiene su inconveniente, y es que cuando llegue el día será de repente. Mientras, al blog y a la taberna.
EliminarUn abrazo.
¿Haloween? Ya sé que no eres muy amigo de estas fiestas, aun así te deseo una esplendida Navidad y un espectacular año nuevo. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias por tus deseos, sheol. Sabes que es reciproco.
EliminarUn abrazo
más tarde vuelvo y te leo con tranquilidad.
ResponderEliminarAhora solo paso para dejarte estas palabras:
feliz noche en buena compañía :))
hasta luego
jajaja
ResponderEliminarde verdad que creíste que noviembre era tu mes estúpido y lelo? entiendo que las palabras de M. R. te causaran una gran impresión, pero más sorprendente es dar salida e idealizar la realidad que vivimos...éso sí que es imaginar, pronosticar y vaticinar el momento presente; además, para este caso no hay equivocación que valga :))
un fuerte abrazo
ps: espero que después de comprobar que la profecía de los mayas fue un error, entre exámenes y convocatorias, actualices tu blog :)
La realidad que vivimos, amiga Esi, es tan parecida al fin del mundo que el error de los mayas es comprensible.
EliminarUn fuerte abrazo y feliz segundo día de Navidad (cuando yo era chico, teníamos hasta tres días de navidad...)
qué divertido relato, los mayas,los mayas, Javir,ya se hacía desear... me encantó ese broche final, genial... aquí estamos,Lola,sin morirnos ni un poquito.
ResponderEliminarsaludos blogueros,un abrazo,Javir,también para todos tus lectores
Los mayas han fallado, o nos mintieron, o no los entendimos. O entendemos solo lo que queremos. En realidad creo que nos gusta más un drama que comer con los dedos.
EliminarUn abrazo. Feliz año, José Antonio.
Te echábamos de menos, amigo. Qué fría se queda la taberna cuando le faltas tú. No te nos mueras ni poco ni mucho, y sigue regalándonos estos ratitos de gloria que nos divierten tanto.
ResponderEliminarun abrazo
Amigo Donaire, tú siempre tan galante. Creo que tienes razón, he de atender más el Búho Bizco.
EliminarUn abrazo. Feliz año