No recuerdo ninguna revolución fechada en invierno. La cubana tal vez, aunque lo cierto es que la cosa venia de antiguo. Y la rusa, que en octubre ya es invierno por allí. Pero las bonitas, las revoluciones que llevan el sol como estandarte, son en primavera -París en mayo del 69, Praga en su propia primavera- o en verano -otra vez Francia, el 14 de julio; USA, pongamos el 4 de julio; Inglaterra no lo sé y me da pereza buscarlo, pero no creo que hiciera mucho frío, aunque los ingleses, ya se sabe, son de raros que hasta conducen por el otro lado- Nunca, nadie en sus cabales diseñaría una revolución entre el fango, la lluvia, el frío y la nieve. ¡Vaya fotos feas para los libros de historia!
Tras esta profunda reflexión, ya entenderán ustedes la razón del paréntesis primaveral que hemos disfrutado estos días: la revolución de Egipto. Nadie se tomaría en serio una revolución en el desierto con la esfinge con bufanda o las pirámides nevadas. Es la lógica de la historia; y de la geografía.
El frío malaleche que no rodea y que nos mira amenazante es la evidencia de que las revoluciones se han tomado un respiro. Por lo menos hasta San José. A no ser, claro, y en ello estamos, que otra dictadura tropiece y retorne la primavera.
Así sea.
PD.- Cualquier revolución que recuerden, ocurrida en invierno, no lo duden, es una excepción; si no a la práctica , sí a la lógica.
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O como decía La Trinca: Justto a la hora de evacuar, no van las clases a luchar.
ResponderEliminarUn abrazo
Interesante observación, Javir. Nunca se me hubiera ocurrido pensar en ello. Mira, podría afirmar que mi rebeldía, que no es poca, siempre aumenta en primavera, ¿será que rebrotamos como las flores?
ResponderEliminarBesossss.
Hola Javir.
ResponderEliminarEn veranito con la calorcita la sangre está más "revolucionada"... efecto causa.
Un abrazo
El buen tiempo nos suele activar y claro, con el fresquito y la nieve... nos acurrucamos y nos calmamos.
ResponderEliminarBesos!
Hola, Jose.
ResponderEliminarCierto, cada cosa en su momento.
Un abrazo
Hola, Aniki.
ResponderEliminarEs la primavera, que ya sabes que la sangre altera.
Besos
APU,
ResponderEliminarTú mejor que nadie sabes que la luz primaveral nos dejan ver cosas que el invierno oculta.
Un abrazo
Isamonalisa,
ResponderEliminarEl "acurrucamiento" también tiene su aquel.
Besos
Yo me se una, 22 de diciembre 1989, revolución y derrocamiento del dictador rumano. De las pocas, pero si es verdad lo que dicen por ahí, la primavera la sangre altera, así que la mayoría empiezan con el calorcito, que anima mas. Un abrazo.
ResponderEliminarHola sheol.
ResponderEliminarSi un 22 de diciembre se derroca a un dictador, eso no es una revolución, es la lotería.
Un abrazo