lunes, 21 de febrero de 2011

Las bisagras del Búho Bizco

Dejé caer el cigarro y lo aplasté con rabia. Hay que joderse -me dije- ni que esto fuera una catedral. "Esto" es el Búho Bizco, la taberna con pesadas puertas de madera apenas sostenidas por unas oxidadas bisagras que gimen cuando un nuevo parroquiano las abre. A mi me gusta, cada vez que empujo la puerta, greeee...greeee, tengo asegurada la expectación de los ociosos clientes del Búho. Son mis quince segundos de gloria. Pero ayer no, ayer entré, salí y volví a entrar sin que nadie se girara. Se habían formado cuatro corros de desocupados; dos en las mesas, uno al principio de la barra y otro en medio del local que murmuraban  mientras dirigían disimuladas miradas al final de la barra, la parte oscura, donde Thomas, inclinado desde el interior de la barra, cuchicheaba con un tipo al que no podía distinguir. Busqué a Lola con la mirada. Estaba en el centro de la barra, sonrisa en los labios y brillo en los ojos. 

-¿Qué pasa hoy aquí, Lola?
-El que está en la penumbra hablando con Thomas es el inspector
-¿Gracia?
-Sí, y ya sabes, con lo de los asesinatos...
-¿Qué asesinatos?
-¿Dónde has estado metido, Jota, no te has enterado de los crímenes, del enano y el botón rojo?
-¿De qué hablas, Lola? Vengo de Italia, viaje de trabajo, y todo esto me coge de nuevas.

Me puso al día mientras me servía un gintonic. En realidad -concluyó- todo son especulaciones, porque el inspector solo habla con Thomas, y ya conoces al jefe: no suelta prenda.

 Lola, eso me gustaba pensar, estaba más interesada en mis historias:
-Pero bueno, Jota, ¿y qué hacías tú en Italia?
-Trabajo. Lola, trabajo. En realidad una bobada, pero la cosa no está para dejar pasar un encargo. El trabajo está muy malo, Lola. Los ministerios recortan cada día más, apenas tienen presupuesto para espiar, y menos para contratarnos a nosotros, a los espías privados.
-¿Por qué no te dedicas a perseguir a mujeres infieles, a empleados que se escaquean del curro o a puteros, por qué no trabajas de detective privado?
-Soy espía, no detective, Lola. He trabajado para todos los gobiernos de este país desde hace treinta años. Hasta que me han echado, bueno, ellos dicen que han exteriorizado los servios de espionaje por recortes presupuestarios.  Soy un espía autónomo, Lola. Yo vigilo gobiernos, bandas terroristas y grupos de presión, no a mujeres despechadas o a hombres astados.
-¿Y qué espiabas en Italia?
-No puedo hablar de mis misiones, Lola. Pero bueno, este caso ha sido una perdida de tiempo. Se lo dije al Ministro plenipotenciario: mire, ministro, le puedo pasar ya el informe, sin ir a Italia, sin investigar. Parece que no conoce usted a los políticos españoles, ministro. Y efectivamente, Lola, no hay indicios de que alguien del Gobierno patrio esté metido en las fiestas de Berlusconi. No, las correrías del italiano no van a salpicar a los españoles.
-Ya, ¿y cómo sabes eso antes de investigar?.
-A los españoles nos corrompen por el bolsillo. Los asuntos de bragueta los resolvemos en privado. Dudo mucho que un ministro se deje llevar por una sobrina fantasma de algún sátrapa africano. No nos dejamos embaucar tan fácilmente

Lola me miró, sonrió y me cambió el gintonic viejo por otro fresco.
-Dime, Jota -arrastraba las palabras, las ralentizaba, las dejaba reposar con un tono bajo y suave- ¿dónde está tu botón rojo?
-Confío que me lo regalen, Lola. Espero que me lo pongan despacio, con mimo; que elijan, por mi, dónde colocarlo y cómo sujetarlo.
-Jota, advierto cierto acento italiano..
-Ya sabes, soy de letras...estudié latín.

-¡¡Jota!!  -mi nombre resonó con fuerza y me devolvió la mundo real, era la voz del inspector
-Inspector, un honor saludarle
-Permita que le regale un botón rojo, tan de moda últimamente...




El sonido de los goznes, greeee...greeee, interrumpieron al inspector. Nos volvimos. Nada, espera, sí; bajamos la vista y vimos la pequeña figura de lo que parecía un niño corriendo como si le persiguiera el diablo...



18 comentarios:

  1. Hola Javir.
    ¡Ostras1 El inspector Gracia!! Este sagaz detective aparece cuando menos te lo esperas tras una esquina me lo encuentro hasta en la sopa...Hacen falta más tipos como él.
    Un abrazo

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  2. Me ha costado un poco escribir y es que la risa me lo impedía, la verdad es que el entrelazar personajes no es muy corriente, recuerdo ahora a Robert Heinlein y Asimov, para mí es muy facil entrar en personajes y situaciones con tanta personalidad como lo que narras del Buho bizco y tienes toda la razón, en España no pillarán a un Berlusconi, aquí sólo Giles y Julianes Muñoz.
    Un abrazo

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  3. unos cuantos inspectores Gracia y adios crimen
    ciao!

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  4. Hola Javir. Muy buen punto de vista sobre el crimen del botón rojo, me ha encantado, me habéis alegrado la mañana. Me voy corriendo...a currar, pero con una sonrisa en la cara gracias a vosotros. Un abrazo.

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  5. HOLA, APU.
    El inspector Gracia es un gran descubrimiento de nuestro amigo José Antonio. Confiemos en que le dé marcha.

    Un abrazo

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  6. Hola, Jose.
    Me lo pusiste en suerte y solo tuve que entrar a rematar.
    Creo que el escenario puede dar mucho de si

    Un abrazo

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  7. Hola, Sarah.
    Sería una ayuda, desde luego.
    Un besote

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  8. Hola, Cris.
    Me alegro de que hayas pasado un ratito a gusto. De eso se trata.
    Un beso

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  9. Hola Javir...no tengo palabras jajaja, bueno si...sois la leche jajaja, me encantan los cruces de historias y entre Jose Antonio y tu os habeis superado.
    Bueno que un besazo enorme para los dos, que aunque no deje tantos comentarios como antes, no es por ganas, más bien falta de tiempo por trabajo y eso, pero que os sigo siempre y me encantais. Muakkkkkkkkk

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  10. Hola, Montse
    El mérito es de José Antonio, que piso fuerte en el Búho. Luego, ya ves, hemos coincidido.

    Besosss

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  11. Que gozada, un día, no se cuando, espero que en esta vida, tendré que hacerle una visita al Búho Bizco. Vaya sitio mas inspirador. Un abrazo.

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  12. Sheol.
    ¡Será una alegría verte por allí!
    Cuenta con una ronda!!

    Un abrazo

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  13. Hola, javir, cómo mola ese ambientazo del Búho Bizco. Ese botón rojo tan misterioso... habrá que seguirle la pista. Un abrazo

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  14. Uhm, yo creo que aquí en España tendría también mucho trabajo. En lo de que al español no se le engaña por la bragueta...jejeje dejemos que investigue a nuestro rey :)
    un abrazo,
    Romek

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  15. Hace poco que descubrí tu blog, como me gusta mucho la lectura, me he enganchado...;-)
    Un saludo

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  16. Hola, amigo del Pozo. Te aseguro que lo del Búho es un no parar. Aunque desde que le han quitado el humo, el ambiente ha quedado algo naif.

    Un abrazo

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  17. Hola, Romek
    ¿El rey?. Buenos, ya sabes que "del rey abajo ninguno".

    Un abrazo

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  18. Hola, maluferre.
    Gracias por pasarte por mi blog. Por el tuyo me he pasado y me quedo.
    Un saludo

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