viernes, 4 de marzo de 2011

Ni Adán ni Darwin.

Por partes:

Primera: lo de Adán y Eva, no. El adanismo, el creacionismo y otras fábulas similares las guardamos en la carpeta de Mitos y leyendas. Por el bien del cristianismo. Ya me explicaré.

Segundo: la teoría de la evolución...ummm...hasta que esta verdad revelada sea sustituida por otro dogma, lo aceptamos con matices. Digamos que sí, que comenzó una evolución, pero que poco después sufrió un parón.

Constatación empírica:
-Las piernas. Observen que la parte más expuesta a los golpes es la menos protegida: las espinillas.  En cambio, la parte trasera está convenientemente acolchada por los músculos y la grasa; ¿para qué? por ahí difícilmente tropezamos. Podría extenderme en otras contradicciones corporales, pero no es el caso.
-La alimentación: veneno puro. Lo que más nos gusta es veneno puro para nuestro organismo, es incompatible con un cuerpo que no necesita estar todo el día perdido por la selva procurándose alimentos ni somos nómadas en transito perpétuo. Hay trenes, coches y aviones; sentaditos y con un bocata de jamón. Algo falla: o nuestras necesidades y preferencias alimenticias no han evolucionado a una vida sedentaria o nuestro cuerpo no se ha adaptado a los usos y costumbres de los últimos miles de años.

Consecuencias: Nos vemos obligados a hacer cosas tan antinaturales como someternos a una dieta que no nos apetece o a ejercitar un cuerpo diseñado para actividades que nada tienen que ver con la tele y el sofá, es decir, con lo natural

Y digo yo, ¿acepta la Iglesia que Dios, sabio y perspicaz donde los haya, nos creó con tan dolorosos defectos?
Y digo yo, dos: ¿después de millones de años de evolución no han conseguido adaptar nuestro cuerpo al día a día?

Mi médico, un  revisionista de la teoría de la evolución, me dice que lo que la naturaleza me ha concedido no es suficiente, que debo tomar pastillas y hacer ejercicio....¡qué ganas tengo de que termine la evolución de una puñetera vez!

12 comentarios:

  1. Muy buena "tesis", ;-).....
    Y yo me pregunto...¿cuando terminemos la evolución importará que estemos un poquito rellenitos? Es que esto del buen tiempo y lucir palmito, buffff....¡¡¡que cansino!!!
    Un saludo.

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  2. Eso, has dado en el clavo, yo también tengo ganas de que termine pronto.
    Un besazo

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  3. Es que deberíamos ser de goma, e ir dando botes... boing, boing, boing
    Un abrazo bloguero

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  4. Hola Javir. Es verdad, mira que lo he pensado veces, somos el ser vivo que menos hemos evolucionado físicamente, creo, o ...no sé. Muy buena reflexión. Besos.

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  5. Bravo, si es que estoy rodeado de filósofos y mentes iluminadas, soy un afortunado. Yo creo que todos los animales han evolucionado mas que toda la humanidad, solo hay que ver lo que hacen todo el día, copulan cuando quieren, duermen cuando quieren, comen cuando, quieren si tienen, pero sobreviven, sin embargo muchos humanos se mueren de hambre, por que han olvidado luchar por la vida, ahora solo saben luchar por el poder y por dinero. Muy buen post. Un abrazo.

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  6. Hola, Malu.
    La culpa no es del buen tiempo ni de nuestro "palmito", es de la dichosa evolución que parece que se ha quedado a medio camino.

    Un saludo

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  7. Montse, paciencia. Todo acaba. la cosa es que lo disfrutemos.

    Un beso

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  8. Un abrazo, Jose, y sí, boing, boing...se lo podemos brindar al gobierno como `ocurrencia´para ahorrar

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  9. Hola, Cris. Eso es lo que creo, que estamos a medio camino y estancado

    Un beso

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  10. Hola, sheol.
    O hemos evolucionado menos o lo hemos hecho por el camino más largo.

    Un abrazo

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  11. Con lo de alimentación has tocado mi fibra más sensible, si antes se decía que todo lo bueno de este mundo, o es pecado o engorda, ahora que nos hemos sacudido la conciencia de pecar, el cuerpo debería evolucionar a unas coronarias más elásticas y un riñón que no se junte con células asquerosas que te lo destruyan, por lo menos en mi caso, estoy insatisfecho con la evolución, o con su lentitud.
    Un abrazo

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  12. Hola, Jose.
    La evolución, aceptemos, está en marcha. Lenta, muy lentamente; tanto que hemos de suplir con nuestro sacrificio, sus deficiencias.

    Un abrazo

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