-Rumores, rumores, solo son rumores. Lo que tenéis que hacer es consumir para que el jefe no venda el Búho Bizco.
La batalla de Lola, la camarera del Búho, por aparentar normalidad estaba perdida. Las dos últimas semanas no se hablaba de otra cosa en el Búho. En voz baja se susurraba que Thomas Garrafón tenia dos ofertas: el traspaso del local y el proyecto de un nuevo negocio.
-Lola, ¿no nos vas a decir quién está tentando a Thomas? Tenemos derecho a planificar nuestras vidas y saber si hemos de buscar un nuevo abrevadero. Incluso los mafiosos somos más sensibles.
-No insistas, Goran. Soy una tumba. -respondió seria la camarera
Días antes, una voz anónima me había dado una información relacionada con el caso que necesitaba contrastar. Era el momento de poner en práctica el método `Bob Woodward´, ¿o era `Carl Bernstein´?
-Lola -le dije mirandola fijamente a los ojos- te voy a hacer una pregunta
-Jota, sabes que no puedo responder.
-De eso se trata. Si la respuesta a mi pregunta es afirmativa, no contestes; nadie podrá acusarte de desvelar el secreto. Te voy a hacer la pregunta y contaré hasta cinco: ¿Es verdad que la compañía de cerveza "El Lago Ness" quiere comprar el pub para incorporarlo a su red de franquicias "El Monstruo de la Birra"?
Uno...dos...
Silencio
Tres...cuatro
Silencio
...Cinco!!
-Oooohhhhhhh.....nooooo!!!! -gritaron todos al unísono como un solo cliente- ¡no nos gusta "El Lago Ness", eso ni es cerveza ni es nada! Lola, di que no es verdad
-Chicos, yo no puedo decir eso, no puedo decir nada.
Los lamentos subían de tono, la angustia se veía en la cara de los parroquianos, la desesperación con la que miraban a Lola encogía el estomago. Fue entonces cuando Margarita Ricchi, nerviosa y agitada, entró al Búho Bizco, me buscó con la mirada y vino a mi encuentro. Acercó sus labios a mi oído, y enredadas sus palabras en un cálido jadeo masculló:
-Lo tengo, jefe. He conseguido saber la oferta que le han hecho a Thomas.
-¿La podemos igualar?
-Ya sabes que estamos limpios; bueno, que tú estás limpio. Pero he visto las condiciones, y, sobretodo, he descubierto el nuevo negocio que le han propuesto. Si lo manejamos todo, puede ser que sí, Jota, puede ser que sí...
.
Pues si que...me temo que al final siempre pagan los de siempre, los parroquianos que están condenados a tomar cerveza barata.
ResponderEliminar¿O era cara, mala y además adulterada?
No se que pensar..
Siempre pagamos los mismos, pero vivir con esa incertidumbre no debe ser nada bueno, megusta tu relato.
ResponderEliminarun fuerte saludo
fus
¡Ay madre! que disgusto, sobre todo para los policías y ex-inspectores que van a pasar las horas muertas y a meditar con arduo trabajo los casos que llevan en curso, bueno mientras no toquen el guisqui...
ResponderEliminarUn abrazo
Candela, no minusvaloremos la voz de los parroquianos. Después de todo son clientes...
ResponderEliminarFus, espero que un próximo post se disipen las incertidumbres.
ResponderEliminarUn saludo
Jose,sé de buena tinta que el wisky y el gintonic no corren peligro.
ResponderEliminarUn abrazo
ya nos contarás, que andamos en ascuas, aunque si el gintonic no peligra, entonces...
ResponderEliminarsaludos
Será por culpa d la crisis, como todo lo q ocurre últimamente. si la taberna cierra, ¿tendremos q buscar gafas para el búho bizco?
ResponderEliminarsalu2 miles
Hola Javir.
ResponderEliminarUy! Qué esto huele a que la crisis extiende sus brazos por el Búho Bizco, cuando el río suena agua lleva... si se habla de traspasos algo va ha ocurrir... seguro!
Un abrazo.
¡¡Felices Fiestas!!
¡Que se salve, que se salve! Mordiéndome las uñas espero el siguiente capitulo. Un abrazo.
ResponderEliminarJosé Antonio, ¿peligrar el gintonic?...antes muerto que sencillo.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola, Donaire, no hay caso, el Búho lo ve todo claro, aunque a veces lo vea doble.
ResponderEliminarUn abrazo.
APU; La crisis no olvida a nadie, ya ves. Un abrazo
ResponderEliminarSheol, creo que se va asalvar, con cambios, pero vivo.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues vaya con la crisis, hasta los mejores bares tiene problemas. Besos.
ResponderEliminar