jueves, 14 de junio de 2012

La bandera, pero

Goran llegó a España hace dos de años, por los mundiales. Hizo escala en el Búho Bizco camino de la Costa del Sol, donde iba por asuntos de la mafia. Con la ayuda de un par de gintonics cimentamos una amistad que los tiempos no han conocido. Desde entonces han pasado muchas cosas: ha viajado por todo el país, ha cambiado de negocio, ha probado las tapas, el jamón y la manzanilla, se ha empapado de alma española y sobretodo ha conocido a Margarita Ricchi. Ya no quiere ser un guiri. Pero.

Explícame otra vez lo de la bandera, amigo Jota, me dice desconcertado. Y es que el albanokosovar, un tipo duro que ha visto de todo en esta vida, no acaba de entender el juego de banderas que nos traemos en este país. Hace dos años, recuerda, me dijiste que la bandera es el símbolo de un equipo de fútbol, el España Fútbol Club, y me lo creí un rato de tiempo. Es cierto que se le dije. Una chanza entre camaradas de gintonics que poco después me ocupé de aclarar. Pero.


-Verás, Jota, después de que el España Fútbol Club ganara a todos los equipos del mundo en Sudáfrica, dejé de ver banderas en los balcones y en los bares. Ya sólo estaban en donde la policía y los guerreros. Y cuando el rey viaja con la reina. Pero.

No me digas más, le interrumpo, las vuelves a ver. Me dice que sí, pero que menos. En estos detalles es cuando se comporta como un guiri, quiera o no. Tomo un sorbo de gintonic para refrescar la garganta y le explico lo que todo español con cuatro telediarios sabe de corrido. 

-Verás, Goran, a pesar de esa hermosa leyenda según la cual los españoles somos espontáneos,  apasionados, volcánicos y que estallamos como un castillo de fuegos artificiales en noche de San Juan, la verdad es otra. Nos movemos a golpe de alfilerazo en el culo, inventamos las tapas porque somos indecisos, a los toros vamos cuando el cartel es seguro, somos del madrid o  del barsa para evitar sorpresas, pagamos los recibos el último día y los cobramos pasados el último día. Te digo, amigo Goran, que si el España Fútbol Club va ganando partidos y se acerca a la final, las banderas saldrán de los baúles, decorarán los bajos de la tele en los bares y lucirán en todos los balcones de España. Los españoles, ya ves, somos más bien pausados. Vamos pasito a pasito.

Me mira, gira la cabeza, la detiene en la espalda de Lola que está preparando cafés, sigue el barrido hasta tropezar con la mirada de Margarita Ricchi...En cambio, piensa en voz alta, las españolas sí son de leyenda.

-¡Falso, Guiri, falso! Las españolas, racata-plán, son tan auténticas como el calor en agosto y el frío en iinvierno. Lo que es una fantasía son los símbolos nacionales.

En cuanto me deje el albanokosovar voy a rebuscar en un viejo baúl donde guardo la bandera, y si llegamos a la final limpiaré los pliegues de carcoma y la izaré orgulloso. Un orgullo que dura lo que duran las noticias de deporte. Pero.

2 comentarios:

  1. Los españoles hemos terdido nuestra identidad como Nación, pero no lo que más nos caracteriza que es esa indolencia que roza la resignación. Cuando queremos ver la vida en positivo, simplemente, no miramos y ya está.

    Somos de equipos pero no sabemos actuar en equipo y solo nos apasionamos por cosas que no son realmente trascendentes. Dudo mucho que ningún extranjero pudiera comprendernos, ni cocido a cubatas..

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  2. Como dice mi hija, na hay nada como salir de España para poder lucir la bandera sin que te llamen facha, en la capital del imperio, de nuevo salen a relucir las banderas hasta el 4 de Julio estarán adornando balcones, despues... al armario.
    Un abrazo

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