miércoles, 30 de marzo de 2011

Goran, 2º Espistola

Goran llega a una ciudad muy principal, se reencuentra con unos viejos camaradas y empieza una noche de mucho brillo


Querido J.
Traigo novedades, y son buenas nuevas.

Con ésta carta he tomado la determinación de desvelarte que a la recepción de la misiva habrá transcurrido más de una semana y menos de dos desde que inicié este viaje. Si te lo he ocultado, amigo J, es por el temor a que te alarmes en exceso, y no es ese mi propósito.

Es el caso, asombrado amigo, que me encuentro en tierras Béticas, en concreto en su urbe más principal, la más conocida como Sevilla; grandiosa, hermosa y con gente jovial y en extremo encantadora. Según cuentan es una villa con duende. Eso dicen. Yo ya conocía las gracias que adornan la ciudad porque, como sin duda recordarás, había realizado innumerables viajes a esta tierra por asuntos de negocios. Pero te confieso, amigo mio, que no hay ocasión en la que no me emocione al contemplar su caudaloso río, sus frondosos jardines, su afamado coso taurino, su majestuosa catedral o sus otros edificios construidos con manos árabes y ganados para la  causa de la cristiandad. Es sin duda, comprensivo amigo, un buen lugar para tantear mis dotes viajeras. Y en ello estoy.

Como ya he narrado, conozco la ciudad desde hace tiempo, por lo que no me resultó difícil encontrar el lujoso lugar donde, más por deslumbrar a mis compradores que por necesidad de comodidades, pernoctaba en los tiempos en que me dedicaba al mercadeo. Y fue allí, junto al mostrador donde recepcionan a los viajeros, donde me tropecé con unos antiguos camaradas de sufrimientos y de verbenas. Y todo ello con gran jolgorio y alegría por parte de unos y de otros: abrazos, risas, gritos, saltos, palmetazos en la espalda, parabienes y alguna lágrima que otra empujada por la emocion y los recuerdos. Los recepcionistas, mozos, limpiadoras, alguaciles y demás personal del establecimiento, así como otros viajeros que allí estaban, nos miraban desconfiados y sospechando que actuábamos movidos por el exceso de vino o de aguardiente. Fue un bonito espectáculo. Después de quince minutos de saludos convenimos que en otros quince minutos nos volveríamos a encontrar en en mismo lugar, una vez ya acomodados. 

Tal que así fue la alegría del reencuentro

Subí a la habitación que me había asignado una bella señorita, revisé la estancia con añoranza recordando tiempos ya pasados, me aseé y cambié mi ropa por otra más aparente; y todo ellos en los quince minutos que teníamos como límite. Una vez reunidos nos dirigimos a un local adjunto provisto de un piano en el centro y de una barra acolchada por donde corrían los licores en anchos recipientes de vidrio. 

Lo que ocurrió después en los lugares antes mencionados, sitos en las calles dedicadas a dos afamados Don Luises, te lo iré narrando según le vaya dando forma y tras limarlo de aristas inconvenientes y que poco o nada contribuyen a la compresión de los acontecimientos. Para ir abriendo boca, hermano, te adelantaré que son hechos que sólo a los íntimos se les puede confiar y que, desde luego y como comprenderás cuando los conozcas, se trata de vivencias que difícilmente un hombre puede olvidar mientras su corazón lata. Salvo, claro está, que otras experiencias de mayor intensidad cubran la memoria de las primeras. Todo se andará.

Un fraternal abrazo, amigo mío.
Goran.


Y la noche, que rompe como si estallara el alba, sigue con increíbles historias que descubren a un nuevo Goran.

6 comentarios:

  1. Bueno, esto promete, afortunadamente no nos ha abandonado, se prepara para la semana santa sevillana y la feria de abril, emociones fuertes no le faltaran
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Me encantaría recibir alguna que otra carta que no sea del banco. Una manera personal e intima de comunicarse que ya se ha perdido con tanta tecnología. Esperando la continuación. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Ansiosa me tienes esperando esas historias.
    Un besote

    ResponderEliminar
  4. Magistral y cervantino ese pulso y ese tino. ¡Se huele Sevilla! Grande Goran

    ResponderEliminar
  5. Hola, Montse.
    me consta, porque las he leído, que Goran le ha mandado más cartas a Jota. e verá.

    Besoss

    ResponderEliminar
  6. José Antonio.
    No hay mes para Sevilla como este que empieza hoy.

    Un abrazo

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...