Pregunto: ¿Invitas? Me contesta que no. A escote.
¡Pues vaya!
Somos tres. Arrastramos una ordenada amistad desde la Universidad. Nos reunimos de vez en cuando para comer o cenar. A escote. En nuestra época universitaria aún se celebraban asambleas multitudinarias para decidir si apoyábamos la huelga de celadores o nos solidarizábamos con el paro de los conductores de autobús. En el Parlamento aprobaban la Constitución. Palpábamos la historia.
Acertamos con la cena, nos beneficiamos dos botellas de Ribera del Duero y ya con los chupitos nos entró la depre. ¿Habéis oído lo del paro? casi cinco millones; estos nos hunden -es A, un cristiano que pidió, en su última enfermedad, comunión diaria mientras estuviera hospitalizado-. Ya empezamos -habla B, un rojo con carnet que cantaba la Intencional en los congresos- , ¿cómo que "estos nos hunden?", lo que sucede es que esto no hay quien lo arregle. Decidí intervenir: ¿sabéis qué es lo peor? el desánimo, y chicos, el abatimiento está justificado; ya veis: paro, corrupción y falta de liderazgo. ¡Esto es laostia, qué coño ha pasado!.
El rojo salió a fumar, el de misa diaria se metió en el baño y yo me quede en la mesa estrechamente vigilado por el camarero. ¡Ahora es cuando yo echo a correr!, bromeé. El camarero tensó sus músculos y me miró frunciendo el ceño. ¡Joder, vaya mierda de país!, se ha perdido hasta el humor -grité en silencio-. Cuando se incorporan mis amigos les cuento la escenita.
Para no echar más leña al fuego, desvié la conversación:
-Nos íbamos a comer el mundo, ¿os acordáis?, ahora es el mundo el que nos come a todos; algo se nos pasó por alto. -B, el rojo, tomó el relevo
-No contábamos con la cantidad de joputas que hay; el político que no está imputado por alguna trastada es que no lo han investigado. Están todos pringados.
-Es la falta de valores -tercia el otro-
-Sí, -añado con afán conciliador- es la cantidad de joputas sin valores que andan sueltos.
-Bueno, chicos, ha sido un placer -remato-. La próxima cena la organizo yo; conozco un lugar clandestino donde nos dejan fumar.
-A ver si nos meten en la cárcel por fumar...
-Esa es la idea. Así, cuando vayan entrando los joputas sin valores, les vamos dando capones.
-¡Sea!
Es entonces cuando comenzó la sesión de gintonics, la verdadera reunión. Esa es otra historia.
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Conozco un lugar clandestino donde nos dejan fumar, ya con eso lo dices todo. Has elegido una anécdota -la cena a trois- que es todo sustancia, todo metáfora. Pero la clave fundamental la das tú: la próxima cena... Mientras la gente, por diferentes que sean sus humores, se siente a compartir, no estará todo perdido.
ResponderEliminarSaludos blogueros
Yo podría tambier preparar una cena, lo malo es que al señor B en medio de la cena le iban a caer una sarta de h... porque todos fuimos B, pero ya está bien, el tiempo y sus mamarrachadas nos vacunaron.
ResponderEliminarUn abrazo
Un disco con dos versiones de la misma canción y parecidos interpretes que se turnan el escenario cada cierto tiempo.
ResponderEliminarUn saludo.
Si no les hubiesemos dejado llegar tan lejos no estarian barriendo a sacos las arcas de los españoles. Ahora es el momento de movilizarse,... si ya se que nos pilla un poco maduritos, a mi tambien, pero yo tengo hijos que no quiero que vivan con estos mangantes y hablo de politicos, lobbies, banca, etc. La gente me dice que no hay nada que hacer, que la que se esta montando es solo con perroflautas (palabro de moda) pero yo veo pocos de esos (antisistema) o tal vez me he convertido en uno de ellos. Voy a hacer algo, no voy a mirar solo esta vez, ya no , estoy que rabio y ellos no van a ser más que nosotros. Todos tenemos los mismos derechos y obligaciones y hay que recordarselo, dandoles un aviso y si no lo entienden un azote.
ResponderEliminarAsí es, José Antonio, la comida es de las pocas cosas en la que todos estamos de acuerdo.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola, Jose. Mi señor B es buena gente y como se adivina por la conversación, un crítico.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola, Eva. El aviso les ha llegado, lo que me temo es que se pongan de perfil y no se den por enterados.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola, APU. Caben más canciones, más melodías.
ResponderEliminarUn abrazo
Soy una ilusa, todavía no perdí cierta esperanza. Aunque está claro que a estas alturas, sospechas de todos y el recelo junto con el temor a descubrir más corruptos, mentiras e incongruencias están acechando cada día mis sentidos... porque entonces en quien confiar? en nadie en absoluto? es más triste vivir así...
ResponderEliminarun saludo
Hola, Esilleviana. Confía en ti misma, y con reparos.
ResponderEliminarUn beso