Es la noche, no hay otra. El día se ignora, estorba; lo que cuenta es la noche. Y sus deseos. Yo con los míos, con mis deseos inconfesables; y cada cual con los suyos.
Noche de fuego y agua, de afanes, de recuerdos, de cohetes, de verdades ocultas y de fantasías.
Solo tengo un deseo que pueda revelar: que cada noche sea una noche de San Juan. Esa noche breve, esa noche intensa...¡¡magia, magia!!. Saltad sobre le fuego, mojaros los pies en el mar y lanzad un guiño al destino...se cunplirá
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Nadie como un alicantino para describir la noche de San Juanm, pero me quedo con las fiestas de moros(agarenos, perdón Sra Pajín) y cristianos
ResponderEliminarSí, la danza del fuego, en la que arder al lado y en brazos de la mujer soñada.
ResponderEliminarUn abrazo, javir
Estoy de acuerdo, esa noche especial y diferente, donde las hogueras dan más fuerza al sol puesto que a partir de estos días va siendo cada vez más débil hasta llegar a diciembre.
ResponderEliminarSiempre es bienvenida la purificicación del fuego y todo lo que lleva consigo, limpieza en seco del alma y sobre todo recargar las ilusiones.
Me agradó este post.
un abrazo
Holaaaa. Depende de nostros darle la magia a la noche. Besines guapo.
ResponderEliminarMe gustó tu texto. Hay noches especiales tan especiales como las personas a las que se las dedicamos.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Jose, el mio es el único pueblo de la provincia de Alicante que no tiene moros...y de cristianos andamos así así.
ResponderEliminarUn abrazo
Hay brazos fríos y brazos cálidos...quedémonos con los que nos hacen sudar, José Antonio.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Esilleviana. Y tienes razón, los días comienzan a languidecer; imperceptiblemente, pero se achican...después del climax todo mengua.
ResponderEliminarUn beso
Hola, Cris. Convirtámonos en magos, vale la pena.
ResponderEliminarUn beso
Gracias, María. Noches especiales, personas especiales...espero que se cumpla mi deseo...que todas las noches sean noches sanjuaneras.
ResponderEliminarUn beso