El inspector G. entró contento y dicharachero al Búho Bizco. Unos pasos atrás le seguía Margarita Ricchi. Rostro sonrosado, blusa con apertura primaveral y sonrisa contenida. Hola chicos, les saludó Jota desde detrás de la barra mientras departía con Goran. Inspector y secretaria miraron con sorna a Jota y, sin pronunciar palabra, ocuparon la mesa del rincón. Jota miró a Lola, la camarera, y con un movimiento de cabeza le indicó que atendiera a la pareja recién llegada.
Y Jota le sirvió otra copa de Raki a Goran
-¿Morriña, Goran?
-Eres buen amigo, Jota. Has traído Raki para mi y eso no lo olvida un exmafioso albanokosovar. ¡Eres grande, amigo!
-Déjate de pamplinas y dime qué te pasa.
-No se te resbala una, mi amigo. Pues verás, Jota: ayer noche vi documental en la 2; como película sin buenos ni malos ni chico besando chica, ya sabes. Eso. Pues era sobre nosotros los albanokosovares. Grandes lágrimas caían de mis ojos de hombre...
El inspector G aprovechó un viaje de Ricchi al baño para acercarse a la barra, junto a Goran. Miró la botella de Raki, luego a Goran y finalmente a Jota: quiero un chupito de esto, ¿puede ser? Jota miró a Goran, este levantó los hombros y el tabernero llenó un chupito para el inspector
-Está rico. ¿Os ha dado ahora por licores exóticos?
-Lo traigo para Goran, lo toma cuando se pone nostálgico. Hoy toca.
-Algo no cuadra, Jota. Goran dice que es albanokosovar y esto -señalando la botella de Raki- es turco.
-Tú no tener puta idea, inspector. Los turcos apropiaron bebida nuestra, eso es lo que pasa.
Margarita Ricchi recogió su bolso de la mesa vacía sin detenerse y se acercó hasta el inspector G
-Gracias, inspector, pero ya le digo que no corro peligro. Ni siquiera tengo acento argentino. Y aunque lo tuviera, España no es Argentina. En España, el nacionalismo solo es un sentimiento residual de las regiones. Nadie me va a hacer un feo por culpa de la Fernández. Además, tengo a Jota como socio-jefe, ¡quién dijo miedo!
Claro que no hay ningún peligro, y menos con el inspector Gadget de por medio.
ResponderEliminarAuguro tiempos interesantes para la taberna del Búho Bizco :)
Los tiempos no sé si van a ser interesantes o inquietantes, pero te aseguro que el Búho Bizco los va a vivir con intensidad.
ResponderEliminarUn saludo, Candela.
jaja
ResponderEliminartendrás que dedicar otro estupendo de tus relatos e historias a E. Morales, ¿estas al tanto de la noticia? supongo que si.
tal vez tenemos menos odio concentrado a las conquistas romanas y árabes que el recuerdo que mantienen de nosotros los latinamericanos, es broma... :))
un abrazo
Me he enterado esta mañana.
ResponderEliminarY no lo dudes, nosotros admiramos a romanos y árabes más de lo que nos respetan los iberoamericanos a nosotros. Cosa extraña, porque los latinoamericanos actuales, como dijo Vargas Llosa, son españoles `acriollados´ que se quedaron en América. Es decir, ellos son nosotros. Más o menos.
Me has dado una idea. gracias
¡Vamos! por la Ricchi lo que haga falta, ¿no adoramos a Messi? pues la Margarita es lo mismo y sus piernas más hermosas
ResponderEliminarUn abrazo
Y largas, mucho más largas...
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