miércoles, 26 de mayo de 2010

Automedicarse

Buen día,

¡En un pedestal tenía yo a mi médico! Y eso a pesar de que me pronosticó un infarto en el plazo de diez años. Estadísticas, dijo. Y me lo dijo con esa voz neutra y profesional con la que el surtidor de la gasolinera te da las "gracias por confiar en nuestras estaciones de servicio" Por derecho y sin distingos, como tiene que ser. Pero me ha decepcionado.

La casualidad ha querido que me tropiece con esta noticia. ¡Y él sin decirme nada, oiga!. O peor, sí me dijo; pero me habló para prohibirme delicateses con las que llevo conviviendo más de media vida: el tabaco, la morcilla del pueblo y el sofá. Sin embargo de la cerveza...ni una palabra. No es justo.



Solo lo disculparía -es médico prudente y cabal y todo un patriota- su afán por reducir el déficit y evitar que la cerveza, por sus efectos terapéuticos, se dispense en las farmacias a cargo de la Seguridad Social, con el gastón que eso supone. Lo que, además, provocaría una cambio estético de dudoso gusto en nuestras calles: la "Farmacia del Licenciado Don Manuel Cantalapiedra y González Novo" pasaría a llamarse "Farmacia Manolo, cerveza nacional y de importación"; y la cruz verde que identifica a las farmacias se sustituiría por una plaquita roja con el gordo de Cruzcampo. Igual nos chocaría.

Ya les digo, el tío un patriota. Y yo, otro.

Dicho lo dicho ya les digo que no es cosa de machacar el déficit, pero tampoco lo es dejarse la salud por el camino, por lo que he decidido -ya, ya sé que no está bien- automedicarme. Será a mediodía, ante de la comida.


Salud.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...