domingo, 30 de mayo de 2010

¡Vamos a construir esclavos


Zenda, nuestra bloguera galáctica, lo ha dejado escrito en su último post : unos robots con aspecto de robot acompañarán a los astronautas en sus viajes al espacio. Misión: ser sus machacas

Liberarán a la élite - a los astronautas- del mantenimiento, de las reparaciones, de la limpieza y de otras vulgaridades. Están creados, los robots,  para que los astronautas no se distraigan en asuntos menores y se centren en  "cuestiones más importantes". Es el regreso a la Grecia clásica de Pitágoras, Platón y Aristóteles, es la vuelta a la Antigua Roma de Cicerón, Séneca y Virgilio. Es la recreación de una sociedad esclavista donde unos curran y otros pasan a la historia.

Así me lo vendieron.

Situación: finales de los setenta en un colegio religioso. Un cura pluriempleado como profesor de historia, después de estudiar las culturas clásicas de Grecia y Roma, nos miró a los alumnos uno a uno y nos preguntó si pensábamos que griegos y romanos era más inteligentes que otros pueblos. Que nosotros, por ejemplo.

Hermosa paradoja. No se conoce un banquillo con más sabios que el de los clásicos. Sin embargo...listos, listos... tenían un tropel de dioses, uno para cada cosa, hasta en la cocina metían sus dioses, como si fuesen Ferrán Adriá. Y la Iglesia Católica no lleva muy bien lo del politeísmo. Dios es único, uno sólo. Y estos tíos, los romano y los griegos, los tenían de todos los colores. Los clásicos tenían que haber brillado por otra cosa, no por listos. Recuerdo: estábamos en un colegio de curas.

¡Los esclavos, susurró el profesor, son los esclavos!. Un griego medio espabilado, si tenia esclavos, podía dedicarse a convertirse en un Aristóteles. No tenian otra cosa que hacer; así es fácil. Gracias a los esclavos, remató, Grecia y Roma pudieron tener el mejor equipo de pensadores, de literatos, de juristas; podían cultivar las artes como nadie, construir carreteras , monumentos, ciudades...no tenían otra cosa que hacer.

Cuando el cura-profe se dio cuenta de que lo mirábamos en silencio y recordó que Franco había muerto hacia pocos años, retomó la compostura y finalizó con un "no crean ustedes que es así de fácil, lo importante es el esfuerzo y la dedicación al estudio". Respiramos.

Es el momento de comprobar la teoría del profesor de historia. Los robots serán nuestros esclavos y nosotros nos dedicaremos a "cuestiones más importantes". Vale, hago una profecía: dejaremos que los robots construyan robots, imprimiremos en sus circuitos las tres leyes de Asimov para dormir tranquilos. Y dormiremos tranquilos, felices y confiados hasta que un cortocircuito, un pequeño fallo, desconfigure las leyes de la rebotica y las maquinas se rebelen, nos conquisten y nos conviertan en sus esclavos.

No lo veremos.

Sean felices y libres

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...