Buen día,
Mediodía del sábado, hora de la cerveza.
Entro en el bar y voy a saludar a unos amigos. Son cuatro, sentados en una mesa para cuatro. Cuatro cañas y un plato de aceitunas para compartir. Saludo.
-Hola, chicos, ¿cómo va la cosa?
Hablan:
Uno: Estamos comentando que los sábados no son lo que eran. Los fines de semana son distintos.
Otro: Sí, antes llegado el jueves ya teníamos planes para el fin de semana.
Un otro: En cambio ahora, nos da lo mismo que sea sábado, miércoles o lunes.
El cuarto: Bueno, miremos la parte buena: los sábados se nota menos que somos parados.
Falta de ilusiones, ausencia de proyectos, sensación de culpa y de inutilidad. Es lo que los estrategas bélicos llaman ´efectos colaterales´, y que mis amigos despachan con un...¡¡además, eso!!
Es domingo, feliz domingo.
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